lunes, 14 de septiembre de 2009

Podría haberseme ocurrido, pero no ocurrió, no pude pensar ni siquiera que, por la fecha en la que andabamos, estabamos en primavera .Ni siquiera pude prestarle atención a que amanece mas temprano y al menos recordar que ocurre cuando comienza a amanecer mas temprano.
Fue de golpe, en el pasaje rutinario que me lleva de la habitación al baño, la garganta seca de la calefacción, los ojos inchados como todas las mañanas.
Primero fue el perfume, el de la sombra de la arboleda que nos unía a comer salame y pan, vos siempre juntabas moras y traías algunas que estaban a punto. Y despues las flores, las del ciruelo, invadieron el patiesito con una belleza prepotente y esesa, no pude hacer mas que mirar y dejar que las cosas que se me pasan por alto me putiaran desde los balcones en que las dejo olvidadas.

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