viernes, 25 de septiembre de 2009


Creyó que era peor, Susana Elvira, pero no era peor armar su bolso azul eléctrico, estampado con la figura de Frigor, desgastada y gris, poner allì las pocas cosas que le parecieron necesarias y tomarse el colectivo a Necochea.
Nunca hubiera sido peor que quedarse, y presenciar su deterioro, el de Francisco Armando, que últimamente hacía ya varias noches que no lograba conciliar el sueño y deliraba toda la madrugada, le pedía, le rogaba, que mate a los murciélagos que hacían nido en el machimbre, desesperado y a los gritos, los ojos espantados, colgantes de tanto insomnio.
Nunca hubiera sido peor alejarse, pensaba Susana Elvira , sentada en el micro, mientras se abría el amanecer y sus ojos cansados se enamoraban del verde que había traído la lluvia, por fin, al campo.
Es mejor así, se convenció, cuando al bajar en la Terminal de Necochea la recibió el perfume del café recién hecho, a las siete de la mañana. Mientras caminaba sobre una alfombra de voces que se encontraban, guirnaldas de manos y brazos que se agitaban. Nadie la recibió, pero se sintió bienvenida, con su bolso, viejo compañero, que colgó en la silla vacía enfrente a la de ella, donde esperaba el café con leche.
Quedarse? , a qué?, a sonreirle falsamente en los pocos momentos en que él la reconocía, sentado en la cama, mientras ella le traía un te con tostadas que él apenas probaba. A qué? , a quedarse horas y horas frente a él, mientras el la miraba a los ojos, le miraba dentro de los ojos, con semejante consternación, como si los ojos de Susana Elvira pudieran reproducir en el fondo negro, las imágenes que él hubo sepultado tantos años.Toda una vida tapando escombros , y ahora, que su mente no tenía telón y permanecía su razón huerfana de sentido, su razón espiralada de cansancio, inestable, ahora que su razòn lo abandonaba, esos rostros, quizás lánguidos de dolor, de olvido, mensajeros melancólicos de lo que ya no vuelve, pero tampoco se borra y permanece, en los ojos de Susana Elvira, que tampoco ha dormido, esas imàgenes aparecìan , cuando el ya no podìa ni siquiera entenderlas, a abrumarle el sueño.
Es mejor, no hay mucho mas que hacer, le dicto la honestidad a Susana Elvira, desde esa porción de arena en la que elijió sentarse a contemplar como el mar venía y venía, desprejuiciado y amplio como un pecho de gaviota, a oxidar las horas, a dejarlas inútiles y descascaradas, débiles escamas de hierro que se esparcían hasta desaparecer.
No había forma humana de calmar a Francisco Armando, ella quiso tantas veces, él ya no la escuchaba, él le acercaba la mano temblorosa lentamente a la cara, pestañeaba y dos lágrimas se arrojaban desde su tristeza seca, como carozos, que estériles, se pudren bajo el verano.
Susana Elvira sabe que es mejor así, ella acá, acá en esta porción de arena, acá , horizonte, viento y marea, la partitura plana del mar de Necochea, que por suerte no varía. Y él allá, enroscado en su forma perenne, un caracol que se vacía de realidad y de historia, que permanece con los ojos abiertos al temor a los murciélagos, temor que va perdiendo intensidad. francisco Armando se queda sin nombre y sin nacionalidad, sin nada mas que desear, que amar, que esperar.

2 comentarios:

  1. Francisco Armando parece estar mas lejos que en Necochea y el cafe con leche, ojala persista en su actitud, ojala Susana Elvira no regrese nunca mas de su huida, si Francisco Armando de veras no tiene que desear, ni que amar ni esperar, se va a encontrar, guarda con Francisco que se puede volver algo serio, mientras Susana sueña alfajores artesanales y bronceadores potenciados, agarrate que papá noel entra gratis. tito .

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  2. Pobre Elvira.. le gusta estar al sol todo el dia todo el tiempo le gusta estar al sol... pero.. de noche vuelven los murcielagos como señal de que algo se olvido cuando marcho.. en su pequeño bolso se colgaron unos recuerdos que ni la sal del mar logran corroer..
    Ambos Francisca y Elvira mueren paulatinamente al no hacerse cargo de que los verdaderos murcielagos que les asustaban estan siempre colgados de sus viceras y que estos solo saldran de sus cuevas cuando despierten en su realidad..
    Igualmente Elvira cree disfrutar de un tiempo que no le es propio..
    Francisco se conforma en su decepcion...
    temen perder sus miserias ya que es lo unico que pudieron atesorar en lo mas profundo de sus cuevas..

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