martes, 29 de septiembre de 2009


Era Navidad, estabamos deseando que baje el sol y nos quedamos sentados en el sillón, de la mano, mirando las luces intermitentes.
Toda el agua del arroyo se había secado en tu piel, tenías un aroma salvaje y rústico, me gustó. Me gustó también pasar la mano por tu pecho desnudo y sentir las partículas del barro y las algas que se te habían quedado pegadas...
-Por qué me miras así?- dije.
- Esperas a alguien?-dijo.
- Solamente espero que no se termine este instante.

1 comentario:

  1. No, esta No era una Navidad mas de las que nos enseñaron a cumplir..
    era nuestra Navidad y eligimos que en la forma que saliese iba a ser nuestra Navidad,
    nuestro nacimiento y resurreccion..
    el agua comenzo a brotarnos de los poros e inundó la sala, en ella te vi nadar como nunca y volvi a escuchar el canto que nunca cantaste..
    su autenticidad podia atraer no solo a los marineros sino a todos los vecinos que notaban como sus casas se inundaban con algo que nunca visto en la nochebuena... y tal vez alguno, timidamente tambien se animó a cantar..
    nadamos juntos toda la noche y el amanecer nos encontro tirados al pie del viejo sillon..
    viendo como las luces intermitentes brillaban en nuestros ojos..
    el arroyo recupero su caudal y volvia a fluir hacia el destino de todo arroyo..
    hacia el final, donde la vida vuelve cada dia a recomenzar..

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