viernes, 30 de octubre de 2009

De mirarte me doy cuenta.

El vaso, sostiene el vaso vacío, en medio de los ojos la mano sosteniendo el vaso, el codo apoyado en la mesa. Parece tranquilo, no hay sudor en el borde de su camisa, hace varios días que no tiene cambios importantes, dejo de leer su libro de cabecera, en cambio, por las noches, apaga la luz y se queda, con las manos juntas sobre el pecho, despierto hasta que yo me duermo.
Se despierta y me mira, me dibuja el perfil con un dedo, sonríe, mete la cabeza en un hueco entre mi cuello y el pelo revuelto y allí se queda , respirando lento. No usa los perfumes, no usa las medias de nailon, se queda pensativo mirando las glicinas del patio antes de irse al trabajo, sin formar parte de ningún horóscopo, sin alergia, sin pereza, sin miedo.
...como si hubiera descubierto algo, algo dentro de sí, una revelación que lo deja despojado de ritos y esperas.
Se encontró, pienso, donde se había dejado hace tantos años, sentado en el cordón de la vereda, con las manos llenas de baba de caracol y las rodillas moradas, esperando la lluvia para juntar las ranas. Se encontro y se quedaron sentados juntos, comiendo galletitas rotas, guardadas en el bolsillo.

1 comentario:

  1. muy lindo...
    gino ,y que siga el baile . A disfrutar de azucena!!!!!!!!!!!

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